Los participantes diseñan soluciones al reto planteado en periodos cortos de tiempo, impulsados por una metodología que propicia la generación de ideas creativas con el potencial de convertirse en innovaciones educativas. Este reto está basado en los desafíos para proteger las trayectorias educativas de los niños, niñas y adolescentes de Colombia.

¿Cómo lograr que los niños, niñas y adolescentes quieran estar en la escuela y culminar sus estudios?


Juntos nos unimos para desarrollar un conjunto de prácticas estratégicas que fortalezcan la gestión del sistema escolar en todos sus niveles. A través de la convergencia y la divergencia, se diseñan y maduran diferentes soluciones planteadas por los equipos de trabajo para posibilitar las condiciones para que los recorridos de los niños, niñas y adolescentes estén vinculados al sistema educativo y a las oportunidades que este brinda en términos de desarrollo personal y de retorno social y económico.

Los mentores y expertos acompañan a los participantes durante el diseño de soluciones para que sus ideas sean viables y se puedan convertir en parte de un modelo educativo sostenible; factibles y funcionalmente posibles en el futuro previsible; y deseables para que respondan a las necesidades de las personas.

Vincular a la familia a toda la trayectoria educativa para fortalecer el proyecto de vida.


1. Generar una espiral de compromisos que vincule a toda la comunidad educativa a partir de los intereses, necesidades y valores de niños, niñas y adolescentes.

2. Diseñar experiencias de vida, en las que el docente se convierte en mediador de los espacios de diálogo intergeneracional.

3. Crear encuentros intergeneracionales: transición y primero, quinto y sexto; noveno y décimo para identificar expectativas y compartir intereses.

Transformar la actitud del docente para recuperar la esperanza de los niños, niñas y adolescentes en su proceso educativo.


1. Analizar información, contrastar con cifras institucionales y plantear compromisos para garantizar que los estudiantes se queden en el aula.

2. Realizar actividades académicas a través del juego, la lúdica y el deporte para fomentar el respeto y el juego limpio. En 9º, 10º y 11º diseñar talleres para explorar lo que quieren ser en el futuro; también se deben reconocer las familias y otros estudiantes que han continuado su trayectoria.

3. Reconocer gustos e intereses de los y las estudiantes para formar semilleros en los que se fomente el reconocimiento de programas que se vinculen a sus intereses.

Comunicar saberes para visibilizar el fenómeno de la deserción y generar motivos para que niños, niñas y adolescentes asistan a la institución.


1. Identificar estudiantes con riesgo en la trayectoria educativa a través de los listados de asistencia y resultados académicos. Hacer un taller vivencial en el que las familias compartan su experiencia de vida y su trayectoria educativa.

2. Emplear el periódico escolar para compartir con la comunidad las historias de vida, los gustos e intereses; esto implica ajustar la evaluación a las capacidades.

3. Crear escuelas de padres y madres para identificar en grupos un producto que deje algo en los y las estudiantes. Todos y todas aportan a hacerlo realidad por etapas.